Este viernes Seattle con Agus tocamos en Club 74, que no es más que el antiguo y predemocrático Cleofas de la calle Goya a la altura de Colon, con otro nombre y las mismas lámparas, luces, estalactitas de critales y espejos, mesas bajas y sillones y una pista de baile inmensa que hace de escenario. Por allí ha pasado desde Moncho Borrajo o Tip y Col, a Norma Dual… y ahora nosotros.
Posiblemente la vez que mejor hemos sonado, desde luego una de las veces con mas público (unos 350) y con muchos amigos míos que no habían visto nunca. El local, con su pinta de boite de las peliculas de los primeros 70s ayuda por que lo que en su momento era rancio, ahora es hasta cool. Mi club de fans como siempre estuvo a alto nivel.
Esto es lo que hay; noches de Opas y copas. Uno descubre que lo de la crisis del rating ha hecho que todo el mundo aprenda algo de ingles (por lo menos una palabra) y un poquito de cultura financiera (ya sabemos que la deuda soberana no es la del brandy , ni tampoco la de la reina,… aunque más nos valdría!).
El sábado por la mañana safari, rapaces espectaculares y animales en libertad que fuimos a ver a media mañana y al caer la tarde (esa última fue fascinante). En la gruta de los cocodrilos concluí que los caimanes estaban disecados (se morían, los disecaban y se ahorraban una pasta) porque no se movía ninguno; al rato algunos de los visitantes defendian con ardor y gran convencimiento mi tesis, … hasta que empezaron a moverse. Algo así me ocurrió cuando en un concierto de Shakira en el Rock and Rio de hace unos años,… aseguré que era calva!!