La noche del 3 de junio, he vuelto a tocar en la sala Caravan. Es la primera vez, desde hace unos años, que va poder verme actuar mi hermana Miriam, que vive a unos cuantos miles de kilómetros de aquí. Desde que me rompí la mano hace ya tres meses, sigo teniendo problemas para tocar, pero no había vuelta atrás. Hablé con Belia, que volvía de Roma, donde es la protagonista de un musical de mucho éxito, y mi amigo Javier para preparar un set de voces, guitarra, saxo y , en algunas canciones, unas bases de bajo y batería. El formato ha resultado ser un acierto.
Bastantes amigos y una noche redonda, a pesar de cierto estrés de útima hora. Subes al escenario y se te pasan todos los males. Parte de mi público ya se sabe las letras y las canta. Acabamos con alguna canción nueva.
Después de los abrazos y celebraciones, me fui a una fiesta de excompañeros y amigos de un conocido despacho internacional de abogados. Llegué el último pero todavía sacamos algo más de un par de horas de achuchones y copas. La verdad es que hemos convertidos un montón de recuerdos, algunos buenos y otros no tanto, en una magnífica relación de camaradería de todos. La fiesta, que celebramos hace un año y medio, parece que se va a institucionalizar todos los años. Esa noche, yo estaba para una recogida, pero hay planes que no te puedes perder!