La primera vez que hablé en público fue en mi colegio y, como no, sobre los Beatles. Debía tener yo los doce o trece años y fue en clase de lengua. Me la preparé lo mejor que pude y hasta vino a la clase un niño de los mayores experto en los Beatles, para mi una autoridad, para ver lo que decía.

Recuerdo que cuando acabé, él comentó el viaje a la India del 68 con el gurú Maharishi -que según John daba algo más que amor y paz a las chicas occidentales que se abandonaban a la meditación- y cómo cada uno se volvió por su cuenta y lo que habían hecho después. Se trataba de encontrar la paz, el amor, el karma o algo así,-la pasta y la fama la tenían de sobra pero parece que les faltaba sentirse queridos y, desde luego, pasar de las drogas- de modo que aunque se fueron más o menos juntos, cada uno aguantó allí lo que pudo buscando todas esas cosas. George con su mujer Patty –como ya he dicho, la protagonista de Something, y la que luego fue la Layla de Eric Clapton, y por cierto la más guapa de todas las mujeres que estuvieron con ellos- fue el que más aguantó. John se quedó bastante, aunque un poco menos. Ringo debió pedir un gin tonic y, como no había, se volvió a Inglaterra a por él. Paul soportó poco y en seguida se fue a hacer algo de gira pero no volvio directamente a Inglaterra sino que aprovechó para anticipar su carrera en solitario. Brian Epstein había muerto en agosto del 67 y Paul trataba de hacer de lider. Hacia mucho tiempo que habian dejado de dar conciertos (de los últimos, en Filipinas en donde Imelda Marcos, la de los miles de zapatos, les trató fatal).

Era la primera vez que cada uno se puso a viajar y a descubrir su fama personal fuera de los Beatles, sin necesidad de ir todos juntos. Encontraron lo mejor y lo peor de ellos; su fin.

Después de esa primera vez he hablado muchas veces en público, aunque normalmente de temas menos agradecidos (también en la radio, que me parece apasionante, y hace mucho más, en la Edad de Oro en la tele). Como le he dicho a mi hijo Javi, cuando me ha preguntado en que trabajo, trato de hablar y escribir algo que tenga sentido y que se me entienda. Lo que es ya increíble es cuando, además, me hacen caso. Decía Chesterton que había dado miles de conferencias a gente … que no le había hecho nada! A mi tampoco me lo han hecho. En fin.